San Longino, el milagro Eucarístico de Lanciano y el Corazón de Jesús

Según la tradición el centurión Cayo Casio Longinos estaba al mando de los soldados romanos en la Crucifixión de Jesucristo en el Gólgota y fue quien atravesó el costado de Cristo con una lanza. Cuando atravesó a Jesús un torrente de sangre y agua bañó su cara y sanó una infección en los ojos.

“Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado -porque aquel sábado era muy solemne- rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” (Jn. 19, 31-34).

Luego se convirtió y fue martirizado.

Longinos, significa “lanza”, lonjé en griego. Es canonizado el 2 de diciembre de 1340 bajo el papado de Inocencio VI, fiesta 16 de octubre.

Longinos según la tradición era de Lanciano (ciudad que se encuentra a 45 kilómetros de Pescara  Italia) y en Lanciano se produjo el milagro eucarístico más antiguo investigado por la ciencia.

El milagro de eucarístico Lanciano

MILAGRO_EUCAR_STICO_LANCIANO

En el siglo VIII, un monje basiliano, después de haber realizado la doble consagración del pan y del vino, comenzó a dudar de la presencia real del Cuerpo y de la Sangre del Salvador en la hostia y en el cáliz. Fue entonces cuando se realizó el milagro delante de los ojos del sacerdote; la hostia se tornó un pedazo de carne viva; en el cáliz el vino consagrado en sangre viva, coagulándose en cinco piedrecitas irregulares de forma y tamaño diferentes.

Esta carne y esta sangre milagrosa se han conservado, y durante el paso de los siglos, fueron realizadas diversas investigaciones eclesiásticas.

Verificación del milagro.

Quisieron en la década de 1970, verificar la autenticidad del milagro, aprovechándose del adelanto de la ciencia y de los medios que se disponía. El análisis científico de aquellas reliquias, que datan de trece siglos, fue confiado a un grupo de expertos. Con todo rigor, los profesores Odoardo Linoli, catedrático de Anatomía, Histología Patológica, Química y Microscopia clínica, y Ruggero Bertelli, de la Universidad de Siena efectuaron los análisis de laboratorio.

He aquí los resultados:

La carne es verdaderamente carne.

La sangre es verdaderamente sangre.

Ambos son sangre y carne humanas.

La carne y la sangre son del mismo grupo sanguíneo (AB).

La carne y la sangre pertenecen a una persona VIVA.

El diagrama de esta sangre corresponde al de una sangre humana que fue extraída de un cuerpo humano ese mismo día.

La carne está constituida por un tejido muscular del corazón (miocardio).

El diagnóstico histológico de miocardio hace que sea poco aceptable la hipótesis de un «falso». De hecho sólo una mano experta en disección anatómica hubiese podido obtener del corazón (órgano cavo) de cadáver una rebanada uniforme y continua, considerando que las primeras disecciones anatómicas sobre el hombre fueron posteriores al 1300.

Otro detalle inexplicable: pesando las piedrecitas de sangre coaguladas, y todas son de tamaño diferente, cada una de éstas tiene exactamente el mismo peso que las cinco piedrecitas juntas.

Conclusiones.

Se puede decir que la ciencia ha dado una respuesta segura y exhaustiva acerca de la autenticidad del Milagro Eucarístico de Lanciano.

Un hecho impresionante: la carne que está allí es carne del corazón.

Jesús nos da, otra vez, Su Corazón por medio de este Milagro Eucarístico, el mismo que fue traspasado por Longinos en el Calvario.

El mismo que está en cada Eucaristía en cada Tabernáculo. Es un Corazón traspasado de amor por los hombres, y que solo recibe desprecios, indiferencias, blasfemias, sacrilegios de los mismos hombres.

Es manifestación de amor, amor más sublime no existe. Solo Nuestro Señor nos ama de esta forma. Cada Misa, cada Eucaristía es un acto de amor de nuestro Señor. En cada Eucaristía se derraman gracias de salvación para la humanidad.

El profesor Odoardo Linoli,nada más concluir las investigaciones envió un brevísimo telegrama a los franciscanos: “In principio erat Verbum et Verbum Caro factum est”.(En el principio era la Palabra, y la Palabra se hizo carne)

Artículo  recogido de diversas fuentes , para mas información…

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