Símbolos que muestran todo los bienes de la vida purgativa encerrados en el Sagrado Corazón de Jesús(III)

El Corazón de Jesús es moneda preciosa.

La vida cristiana a menudo es comparada a un negocio espiritual, que tiene por fin la adquisición de la celestial corona ¿cuál es la moneda que debe servir en esta compra divina? ¿En qué tesoros encontrará? Santa Margarita, por toda respuesta, nos abre el Corazón Sagrado de Jesús.

“Os diré, escribía a la madre de Saumaise, que el día de la visitación (2 de julio 1688) se me manifestó el amable Corazón de Jesús. La Santísima virgen estaba un lado. Esta reina de bondad, mostrándome aquel divino Corazón, dijo dos mira el divino y precioso tesoro particularmente manifestado a las hijas de la visitación, por el tierno amor que Él tiene a vuestro instituto. Yo he querido hacerlas depositarias de este tesoro inagotable. Es menester que no solamente se enriquezcan  ellas con esta preciosa moneda, sino que la distribuya según sus fuerzas, procurando enriquecer a todo el, sin temor de que se acabe, porque cuanto más sacaren, más habrá que sacar”

Viendo que los hombres, muy lejos de enriquecerse y aprovechar tan preciosos tesoros, según los fines para los cuales se les ha dado, procuraban, por el contrario, reducirle a la nada y exterminar le, si hubieran podido, el afán de la tierra, el Eterno Padre, por un exceso de misericordia se ha servido  de su malicia para hacerles todavía más útil este oro precioso; Pues ha hecho de él, por los golpes que recibió en su Pasión, una moneda inapreciable, señalada con el cuño de su divinidad, a fin de que los hombres puedan pagar sus deudas y negociar el gran negocio de su eterna salvación.”

 El Sagrado Corazón es el verdadero altar del sacrificio.

 

La vida de todo cristiano, lo mismo que la defensa del Salvador, es un sacrificio perfecto, en el cual cada uno de nosotros debe ser la víctima pero ¿cuál será el altar de esa inmolación mística? ¿Dónde encontrar el fuego destinado a consumar el Holocausto?

“Entraréis  en este Sagrado Corazón, responde Santa Margarita, Como víctima  que se presenta a su sacrificador para ser degollada e inmolada sobre el altar. El puro amor de este divino Corazón, con sus divinas llamas, debe consumirla como un holocausto, a fin de que no quede nada y pueda decir con San Pablo: “No soy yo quien vive, sino Jesucristo vive en mí. En Él y por Él yo obro;  su Sagrado Corazón vive y obra en mí, y resarce todos mis defectos. ”

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 El Sagrado Corazón es el crisol divino de la perfección

 

A menudo es comparado el siervo de Dios, por los escritores sagrados, al metal precioso que, para llegar a ser digno de ofrecerse al Rey del Cielo, debe estar  exento  de la mezcla de los afectos terrestres ¿En que crisol y porque fuego es menester hacer esta purificación?

“El Señor Es como el fuego del crisol, dice el profeta; Purificara á los hijos de Leví, como el fundidor purifica el oro y la plata ”.

Santa Margarita usa el mismo lenguaje:

“Tenemos, pues, que entrar en el Corazón de Jesús, horno de amor, para purificarnos de todas las manchas e impureza  que hayamos contraído, como se purifica el oro en el crisol. Y después de haber hecho perecer a nuestro corrompido  corazón en las divinas llamas del puro amor, hemos de tomar allí otro del todo nuevo. ”

Hablando de sus disposiciones personales, decía: “Algunas veces me encontraba en este amable Corazón como el oro en el crisol, para ser allí purificada.

 Sagrado Corazón es prisión de amor.

Los profetas presentan frecuentemente la vida de este mundo como un juicio en el que se debaten entre Dios y el hombre las cláusulas de la sentencia que en la muerte decidida de nuestra suerte eterna.

El Señor ha entrado a juicio con los habitantes de la tierra, dice el profeta Oseas ¡Oh, muerte, exclama el autor del Eclesiástico, tu juicio es severo!

En todo juicio hay una sala De obediencia, un tribunal y, por último, una prisión expiatoria. ¿Dónde hallar esto? Santa Margarita nos muestra una vez más el Corazón adorable de Jesús.

“Permaneced en el Sagrado Corazón de Jesús, escribe, Como un criminal que por la pena y dolor de las faltas, con las cuales ha irritado a su juez, desea aplacarle, encerrándose en esta prisión de amor para ser atado y apretado tan estrechamente que  no os que demás libertad que para amarle, Y otra luz que la de su puro amor; Este amor es quien le retire cautivo en el santísimo sacramento. Permanezcamos, pues, en esta prisión de amor para abrasar nos sea un refrigerio. ”

 

 El Sagrado Corazón es el tribunal y el trono de la divina misericordia.

 

“Para entrar en el Sagrado Corazón de Jesús, Añade Santa Margarita, ¿Qué teméis, puesto que Él nos invita ello? ¿No es Él el trono de la misericordia, donde los miserables son los mejor recibidos, con tal que el amor les presente en el abismo de su miseria? Pero ¿Quién hará  todo esto?… El amor que encontraréis en este divino Corazón “

 

   El Sagrado Corazón es purgatorio de amor,

donde al purificarnos con sus llamas de caridad, obtendremos la misericordiosa Sentencia de perdón.

“En mi retiro de 1684, escribe la Santa, mi soberano me presentó su Sagrado Corazón como un horno de amor. Me dijo estas palabras al descubrirme su corazón adorable:

“He aquí el divino purgatorio de mi amor, donde tienes que purificarte durante el tiempo de esta vida purgartiva. Luego haré que allí halles una mansión de luz y, por último, de unión y de transformación.”

 El Sagrado Corazón es la tumba espiritual del verdadero cristiano.

 

Todo cristiano debe decir con el gran Apóstol: Quotidie morior. Muero cada día.

Antes de la muerte corporal nos es necesario morir espiritualmente a la vida del pecado y a la vida puramente natural, si queremos llegar a la vida sobrenatural. Pero ¿Cuál será la tumba de estos cristianos que se pueden llamar muertos vivos, en oposición a aquellos que la Sagrada Escritura llama vivos que están muertos por el pecado: Nomen habes quod vivas, et motuus es?

“Para honrar la vida oculta de nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, dice Santa Margarita , es menester sepultarnos como muerto tan adentro en su Corazón Sagrado , sino de seis ser visto más que él solo. Vuestro mayor cuidado debe ser esconde en este Sagrado Corazón todo el bien que hiciereis, ante el temor que os sea arrebatado. Procurar vivir desconocido.  ”

A aquéllos, que durante su vida se hallan esforzado morir esta muerte mística en el Corazón de Jesús, se les puede aplicar esta frase de San Juan: bienaventurados los muertos que muere en el Señor.

Del libro “Reinado del Sagrado Corazón”