Símbolos que muestran todo los bienes de la vida purgativa encerrados en el Sagrado Corazón de Jesús(II)

San Juan recuesta su cabeza en el Corazón de jesús

El sagrado corazón de Jesús es puerto de seguridad en medio de la tempestad

 

Continuando la comparación del viaje sobre un mar agitado, añade Santa Margarita: “Tenemos que retirar nos a la llaga del Sagrado Corazón, como pobres viajeros que buscan puerto seguro para ponerse al abrigo de los escollos y tempestades de la mar borrascosa de este mundo, donde estamos expuestos a naufragio continuo.”

El Sagrado Corazón es lugar de retiro y de refugio.

 

Estrecha es la senda que conduce a la vida, dice nuestro Señor; ¡Cuán arduo y difícil es el camino del reino de los cielos! No se puede avanzar en él sin hacerse violencia. Mil peligros rodean al viajero de innumerables fatigas le espera. ¿Dónde se reflejó y hará en el peligro? ¿En qué hospedería podrá hacer alto? ¿Dónde encontrar a un poco de descanso para poder continuar su marcha? A todas estas preguntas contesta Santa Margarita mostrando el Corazón de Jesús.

“El Corazón adorable es delicioso retiro, donde viviremos al abrigo de todas las borrascas. Un día, abriéndome su Sagrado Corazón e introduciendo me allí, me dijo el divino maestro:

He aquí  el lugar de tu morada actual y perpetua ”

Y en el breve de las de beatificación de Margarita María leemos:

¿Quién será tan duro e insensible que no se sienta movido a volver amor por amor a este Corazón lleno de dulzura, que quiso ser traspasado por la lanza, a fin de que nuestra alma encontrará en Él una especie de asilo y refugio, donde puede retirarse y ponerse al abrigo de los asaltos y lazos de sus enemigos?

 

El Sagrado Corazón es hospedería espiritual de las almas

 

“¡Viva Jesús!, Exclamaba la Santa. He aquí lo que me divino maestro me ha dado a entender en mi retiro del año 1688. Como yo me quejara de que me daba sus consuelos con demasiada abundancia, no sintiéndome capaz de soportar los, me dijo que los daba para fortalecerme en lo que tenía que soportar.

Bebe y come (me dijo) en la mesa de mis delicias para refrigerarte, a fin de que camines valerosamente; porque tendrás un largo y trabajoso camino que andar, en el que necesitarás tomar aliento y reposo muy a menudo en mi Corazón, que siempre tendrás abierto para esto, en tanto que andes en estos caminos.”

 

 El Sagrado Corazón es lugar de descanso para las almas fatigadas.

 

“Para descansar con tranquilidad, dice la Santa, Entraréis en el Sancta Santorum del Corazón amantísimo de Jesús, donde os  encerraréis con la llave de un abandono absoluto en su cuidado.”

SAN JUAN RECUESTA CABEZA EN SU CORAZÓN

El Sagrado Corazón de Jesús  ciudadela segura y fuerte inexpugnable.

 

“La vida del hombre es un combate”, decía el Santo Job. Nosotros lo sabemos por experiencia; tenemos que luchar sin cesar contra nosotros mí, contra el mundo y control de amor. Pero, ¿en qué ciudadela podremos hallar seguridad? “La sabiduría se ha construido una morada, leemos en el libro de los Proverbios, y ha enviado a su siervas a invitarnos que nos retiramos a su ciudadela, detrás de las murallas de la ciudad.” Santa Margarita María es una de estas siervas suscitadas providencialmente para llamarnos a la verdadera ciudadela de las almas.

“Este divino Corazón es como una fuente inexpugnable contra los asaltos del enemigo, nos dice. Es una fortaleza y asilo seguro contra la cólera divina, irritada por los pecados de los hombres; pero el Sagrado Corazón no nos abandonará, como lo espero y ruego con todo mi corazón.

Dejémosle hacer y permanezcamos en paz. Él quiere apartar muchas almas de la perdición eterna.

Debéis, pues, todas estar escondidas en el Sagrado Corazón de nuestro Señor, decía las novicias de Paray, como débiles, en un fuerte seguro; debéis refugiaros allí, sobre todo cuando os sintiereis atacadas por vuestros enemigos, que residen dentro de vosotras mismas. Ellos quisieran turbaros y disgustaros a la más pequeña dificultad que se presente; pero vosotras encontraréis en este Sagrado Corazón la fuerza necesaria para no dejarlos abatir ni perturbar por nada. Esta fiel práctica mantendrá en paz a vuestra alma.”

Del libro “Reinado del Sagrado Corazón”